Cerro Autana, tepuy en la selva de Venezuela

Lo conocí en primer lugar como Autana Tepuy, aunque luego me dijeron que la palabra Tepuy no correspondía a su nombre, sino que hacía alusión al accidente geográfico. Un tepuy es precisamente esto que vemos en el estado de Amazonas, en Venezuela, una especie de meseta abrupta, un acantilado curioso formado por cuarcitas y areniscas.

Pero el Cerro Autana dicen por aquellos lares que es especial. Se cuentan cientos de leyendas sobre él, como aquella que dice que el Autana fue más bien un árbol que los dioses convirtieron en piedra, una verdadera Montaña Sagrada. Sagrada es para los habitantes de esta región venezolana.

Con sus más de 1.300 metros de altura, no se puede escalar ni sobrevolar, ya que es la montaña sagrada de la tribu de los piaroas. Nos tenemos que conformar con verlo desde la distancia, o bien navegando a través de los ríos que caracolean a sus pies, como el Orinoco, el Sipapo y el Atures.

Nada más verlo, irradia belleza, fuerza y misterio. Se eleva sobre la inmensidad de la selva amazónica como una torre de arenisca y naturaleza. Sí, esa selva amazónica de la que emergen sonidos casi inescrutables y un verde que lo atropella todo. Su interior es hueco, formado por kilómetros y kilómetros de cuevas y galerías.

Una de las cuevas que lo recorren, como si fueran el mismo esqueleto del tepuy, es una impresionante cueva de cuarzo de más de 400 metros de longitud y 45 de altura. Pero lo que impresiona sobre todo es el sombrero de nubes que cada día se descuelga sobre la cima del tepuy.

Hoy nosotros nos permitimos el lujo, sin que se enteren los piaroas, de sobrevolarlo unos minutos…

Foto Vía Climtepuyes

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