Sí, está muy bien eso de llamarle a Japón desde siempre el país del sol naciente. Pero, me imagino yo que también habrá lugares maravillosos en el país nipón para ver atardeceres, ¿no?. Pues para ello no busquéis más, porque la isla sagrada de Miyajima es el paraíso escondido que os merecéis.
Para ir hasta Miyajima hay que tomar un ferry en la ciudad de Hiroshima, sí, precisamente la de la bomba atómica. Miyajima es una isla sagrada e histórica, un verdadero santuario para los budistas y los sintoístas, que acuden a ella más que por motivos turísticos, por peregrinación.
La visita a la isla comienza ya desde el ferry que nos lleva a ella. Las vistas que se tienen desde el mar son fascinantes. Los turistas que van en el barco no paran de echar fotos, y no son todos japoneses, precisamente. El templo Itsukushima Inja aparece ya en todo su esplendor.
Pero lo que se nos aparece en primer lugar es su impresionante Otorii, una puerta de entrada enclavada en medio del mar, y que tiene una altura de 16 metros.
Dicen los lugareños que este es tal vez uno de los paisajes más bellos del archipiélago japonés. Y a fe que no deben estar muy lejos de la verdad. Curiosamente, al ser una isla sagrada, aquí estaba prohibido nacer, parir y morir, por lo que las mujeres embarazadas no tenían acceso, al igual que los ancianos… no fuera a ser que… ya saben…
La belleza de la isla es fascinante, curiosa y original a la vez. Que no os extrañe ver ciervos paseando por la zona, incluso acercarse a los turistas. Cuando piséis tierra tenéis que recordar una cosa bien clara: todo lo que hay en esta isla es sagrado, nos resulte raro o no.
Las rutas por la isla nos llevan a pequeños parques y bosques, templos sintoístas y budistas, e incluso se puede subir en funicular, por 15 euros ( sagrados, pero no tontos, ojo ), hasta el pico más alto de la isla, el Monte Misén, para tener unas vistas magníficas. Seguro que desde allí cambiaríamos el chip de Japón como país del sol naciente…
Por algo la isla de Miyajima está declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y en ella se han encontrado restos que van desde el siglo VI hasta la actualidad. ¿País del sol naciente?. Claro, y del poniente, no te digo…
Foto Vía Gamefilia
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